El sueño de la casa propia, de madera, zinc, sin arquitectos, con tus manos, lágrimas, amor, puteadas y sonrisas.

domingo, 31 de agosto de 2014

casita obra






   

Micro-utopías de lo cotidiano

“el arte contemporáneo modeliza más de lo que representa,
en lugar de inspirarse en la trama social se inserta en ella.” 
Nicolas Bourriaud[1]

Si bien no era consciente de eso, cuando surgió la idea de esta casa comencé a construirla conceptualmente con la misma dinámica con la que elaboro cualquier producción plástica. Dimensiones, colores, formas, procedimientos, materiales y condiciones de producción que fui volcando en anotaciones y bocetos rápidos. Esa intención también se tradujo cuando pauté una lógica propia para este proyecto, ajustando el proceso a ciertas condiciones que quizás no eran propias de la construcción de una vivienda, sino que estaban más emparentadas con la producción de sentido. Con ello, me impuse como condiciones que debía construirla yo misma junto con familiares y amigos; con mano de obra no remunerada; sin mediar con arquitectos ni albañiles; que no tendría planos que la definieran de antemano; que debía construirse con materiales reciclados; etc. En fin, proponerme que esta casa debía ser la reconstrucción de muchas otras casas. Ya entendía que su finalidad no acababa simplemente en la función de habitar sino que además de los criterios estéticos y coherencias de la forma, le estaba sumando también un valor simbólico.
La experiencia colectiva en la construcción es el rasgo que más me interesó resaltar del proceso de CASITA. Si me acotara en particular a la casa, no podría decir que es sólo mi producción, la autoría de esa obra es compleja. “Toda producción de arte demanda la integración de un cierto número de dispositivos materiales e interpersonales. Toda producción de arte es producción de más de uno. Todo resulta de colaboraciones que pueden ser o no reconocidas.”[2] manifiesta Laddaga. CASITA tiene entonces un gran número de autores conscientes o inadvertidos, individuos pertenecientes a la disciplina artística, a otras disciplinas o a ninguna en particular. Esta propuesta surgió del intercambio, de la intersubjetividad, y me serví de ello como sustento para la operación de configurar este proceso en obra.
Entonces, ¿por qué no entender la construcción de esta casa como una construcción de discurso? Concebir las prácticas artísticas contemporáneas desde la transdisciplina, desde la disipación de los paradigmas modernos de obra de arte y de las concepciones clásicas de autoría, me permiten forjar este proceso como una construcción de sentido colectivo, afirmar que la construcción de esta casa fue también una construcción simbólica y, por lo tanto,  poder presentarla como una propuesta artística. Puedo decir entonces que la categoría de obra no le cae a esta experiencia de manera retrospectiva a causa de este trabajo de tesis. Vuelvo a apelar a las palabras de Bruce Nauman citadas al principio de este texto, el origen de una propuesta puede ser la simple constatación de lo que se tiene a mano, del aquí y el ahora. El proceso de la casita tenía toda la potencialidad para ser una obra.




[1] BOURRIAUD, Nicolas. Estética Relacional, Adriana Hidalgo Editora, Buenos Aires, 2006, p. 17.
[2] LADDAGA, Reinaldo. Estética de laboratorio Estrategias de las artes del presente, Adriana Hidalgo Editora, Buenos Aires, 2010, p.13.



 * Párrafo con el que concluyo mi trabajo de tesis.




martes, 19 de agosto de 2014

la tesis de casita





Finalmente, luego de años de trabajo, este lunes 25 de agosto defiendo mi tesis de Licenciatura en Artes Plásticas. El jurado viene a conocer la casita!
Ese mismo día también voy a presentar la edición extra limitada de 15 libros.
Felicidad plena!




jueves, 5 de junio de 2014

libroweb de casita

Hace años que trabajo en hacer un libro con la historia de casita.
Ya está impreso y en proceso de encuadernar.
Esta es una versión web que armé improvisadamente para calmar las ansiedades.
Espero que les guste!

Mica




jueves, 6 de marzo de 2014

La A azul


"Cuando el niño era niño
lanzó un palo como una lanza contra el árbol,
y hoy vibra así todavía"
Peter Handke

“No crean que el destino sea otra cosa que la plenitud de la infancia”
R. M. Rilke

“La casa, como el fuego, como el agua, nos permite evocar fulgores de ensoñación
que iluminan la síntesis de lo inmemorial y el recuerdo”
Gastón Bachelard


Subir a un árbol, meterse debajo de la cama, internarse en la oscuridad de un ropero, colgar una manta entre silla y silla y crear allí abajo una casa dentro de la casa suele ser el modo en que cuando niños nos inventamos una casa a nuestra escala.

Este juego ¿responde a una repetición en espejo del mundo de referencia que es la casa de los padres o es la posibilidad de inventarse otro mundo, de subvertir un orden? Si esa casa en miniatura es la invención de un mundo hecho a la escala de nuestro deseo y capacidades, esa miniatura se vuelve también la posibilidad de un plus de felicidad. De un espacio al que no llega la mirada de los grandes.

La pregunta por la casa, entonces, se vuelve una pregunta por la infancia. Ese tiempo inmemorial y a la vez objeto del memorar adulto y de la nostalgia, en que la invención y el deseo no claudican ante el principio de realidad. Si como escribe Bachelard la infancia es ciertamente más grande que la realidad, es porque en ella reina la invención, que vuelve posible lo imposible, real lo irrealizable, palpable lo fantástico.
Un ropero puede convertirse en palacio y poner patas arriba una silla bastará para subirse a una torre y ver el mundo. Echar mano de lo que se tiene al alcance para construirse un refugio, condición para volver habitable el mundo.

“La casita” de Mica es un modo de volver hacia la infancia, de actualizar la fuerza de la invención. Construirse una casa con otra lógica a la de las normas establecidas, con otros materiales, con otras reglas constructivas, con el principio de prueba y error, echando mano de lo que se tiene cerca (materiales, herramientas, amigos…)… En tiempos donde tener una casa propia es casi imposible, Mica dibuja un plano en el espacio como si fuera una niña, invita a sus amigos y casi como un juego –con esa ingenuidad que cree todo posible, y con la fuerza emanada de ella- las paredes crecen, la escalera se convierte en escalera, los objetos encuentran su sitio… todos cabemos allí dentro.

Fabi di Luca

(los dibujos son algunas de las casas que nos inventamos con mi hermano mellizo cuando niños)
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- Este es el prólogo que escribió Fabi para el libro "casita", después de una hermosa charla sobre "las casitas" que hacíamos para jugar de niños. Millones de gracias Fabi -